Por: Isis Burgos Jáquez, Febrero 2025.

En el ámbito educativo, los conflictos son inevitables debido a la interacción constante entre estudiantes, profesores, y personal administrativo. Sin embargo, cuando son manejados de manera efectiva, los conflictos pueden convertirse en oportunidades de aprendizaje y desarrollo. Este artículo explora cómo los modelos de manejo de conflictos se aplican en el contexto educativo, detallando sus fases, los requerimientos para su resolución y los ejemplos prácticos de su implementación.

1. Modelo Lineal de Harvard en el Ámbito Educacional

En un conflicto entre un estudiante y un profesor sobre una calificación, el Modelo Lineal de Harvard ofrece una estructura clara para la resolución:

• Preparación y Planificación: El primer paso consiste en identificar los intereses de ambas partes. El estudiante podría tener la necesidad de entender mejor el proceso de evaluación, mientras que el profesor busca garantizar la objetividad en la calificación.

• Identificación de Intereses: En lugar de centrarse únicamente en la calificación, el profesor debe escuchar las preocupaciones del estudiante, mientras que el estudiante debe entender las expectativas y criterios de evaluación.

• Generación de Opciones: El profesor y el estudiante pueden explorar opciones como la revisión del examen o proporcionar retroalimentación adicional.

• Evaluación y Selección de Opciones: Las opciones se evalúan, y se selecciona la que más satisface las necesidades de ambas partes.

• Implementación y Seguimiento: Se implementa la opción seleccionada y se realiza un seguimiento para verificar la comprensión del estudiante.

Requerimientos: Este enfoque en el ámbito educativo requiere de una comunicación abierta y empática, tanto por parte del estudiante como del profesor. La flexibilidad y disposición para negociar son clave para alcanzar una resolución exitosa.

2. Modelo de Solución de Conflictos Dual en Educación

El conflicto entre dos estudiantes que compiten por un lugar en un equipo deportivo puede resolverse utilizando el Modelo Dual:

• Ceder: Uno de los estudiantes puede ceder para priorizar la relación y permitir que ambos participen en el equipo.

• Negar: Ignorar el conflicto podría empeorar la situación a medida que la competencia se intensifica.

• Imponer: El entrenador podría imponer una decisión, pero esto podría generar descontento.

• Negociar: Los estudiantes pueden negociar para llegar a un acuerdo que permita a ambos formar parte del equipo.

• Colaborar: Trabajando juntos, los estudiantes pueden aprender a compartir responsabilidades y habilidades.

Requerimientos: Este modelo requiere habilidades de negociación y compromiso, así como la disposición para colaborar en beneficio del equipo.

3. Modelo Sistémico de Análisis y Gestión Estratégica de Conflictos en Educación

En un conflicto entre un grupo de estudiantes y la administración escolar sobre nuevas políticas, el Modelo Sistémico se aplica a través de diversas fases:

• Gestación: Identificación de las causas del conflicto, que pueden incluir falta de comunicación sobre las políticas.

• Maduración: El conflicto crece a medida que los estudiantes expresan sus preocupaciones.

• Incidente: El conflicto llega a un punto crítico, y las demandas se hacen públicas.

• Desarrollo de Circunstancias: Se exploran soluciones que permitan a la administración abordar las preocupaciones estudiantiles sin comprometer la efectividad de las políticas.

• Secuelas: Se reflexiona sobre las consecuencias del conflicto y se aplican ajustes en las políticas o la comunicación.

Requerimientos: Este modelo exige un enfoque estratégico para identificar las causas profundas del conflicto y desarrollar soluciones que beneficien a todos los involucrados. La participación activa de mediadores y facilitadores es crucial.

Conclusión

El manejo de conflictos en el ámbito educativo no solo se trata de resolver desacuerdos, sino también de fomentar un entorno de aprendizaje donde se valoren las perspectivas de todos los involucrados. Aplicar modelos como el de Harvard, el Dual y el Sistémico puede mejorar significativamente la forma en que se gestionan los conflictos en las instituciones educativas. Con un enfoque adecuado, los conflictos pueden convertirse en valiosas oportunidades para el crecimiento personal y colectivo.